miércoles, 28 de abril de 2010

Evgeni Ivanovich Zamiatin

(Lebedian, cerca de Tambov, 1884-París, 1937) Escritor ruso. Estudió en el Instituto Politécnico de San Petersburgo, y, primeramente como estudiante y luego en calidad de ingeniero naval, pudo viajar por Rusia y por el extranjero y visitar las ciudades de Constantinopla, Esmirna, Salónica, Beirut, Jerusalén y Port Said. Por casualidad se hallaba en Odessa durante la rebelión de la tripulación del "Potëmkin", y en Helsinki (entonces Helsingfors) en ocasión de la de Sveaborg. Al dejar el Politécnico hubiera podido actuar como profesor. No experimentaba ya entonces la pasión de la literatura. Con una serie de artículos técnicos alternaron las narraciones iniciales, tituladas Mezdnoe o Relatos de la vida provinciana.

En 1916, en el curso de la primera Guerra Mundial, fue enviado a Inglaterra para la construcción de rompehielos; uno de éstos, el "Aleksandr Nevskij", recibió más tarde el nombre de "Lenin". Vuelto a Rusia en 1917, dirigió la edición de sus propias narraciones (Isleños, Al final del mundo, Fábulas para muchachos adultos, etc.), fundó una escuela literaria, denominada "Hermanos de Serapión", y reanudó su actividad de ingeniero naval con un curso de lecciones; sin embargo, y aun cuando bolchevique desde 1905, se mantuvo lejos de la política, desilusionado por la revolución que había defendido.

La distinta orientación cultural de la fase de la "Nueva Política Económica" (N.E.P.) hizo posible la representación de una comedia suya de carácter popular, La pulga, cuyo tema procedía de un famoso relato de Leskov, El zurdo. En tal obra Zamiatin se burlaba al mismo tiempo de rusos e ingleses, ya ridiculizados en otra comedia, La sociedad de los honorables campaneros, y en Isleños.

Inclinado por naturaleza y cultura a considerar las cosas a través del prisma de la ironía, creyó posible hacerlo también con el régimen comunista en una novela utópica según el estilo de Wells, Nosotros, que prohibida por la censura soviética, sólo pudo ver la luz en traducciones occidentales. Modificada pronto la política cultural rusa, y preocupado el autor por el vacío que le rodeaba, intentó salir de la URSS. Después de largas y vanas tentativas, consiguió, finalmente, el permiso necesario alegando motivos de salud. Tras una corta permanencia en Praga se estableció en París, donde falleció casi en el olvido.

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