(Kabul, 1914) Rey de Afganistán. Fue monarca del país desde 1933, cuando su padre fue asesinado, hasta 1973, año en el que fue destronado. Su reinado fue uno de los periodos de gobierno estable más largo de la historia de Afganistán.
Tras realizar sus estudios primarios en Kabul se trasladó a Francia donde cursó sus estudios secundarios en el Liceo de Montpellier. Tras graduarse en 1932 regresó a Afganistán e ingresó en la Escuela de Oficiales de Infantería de Kabul. Inició su carrera política ese mismo año como asistente del ministro de Defensa Nacional y en 1933 fue nombrado ministro de Educación Nacional.
Ascendió al trono de Afganistán el 8 noviembre de 1933, cuando tan sólo contaba con 19 años de edad, pocas horas después de que se produjese el asesinato de su padre Nadir Shah. Su principal objetivo al alcanzar el trono fue conseguir con la ayuda de sus familiares reafirmar el control del gobierno central y poner fin a la situación de anarquía y bandidaje en la que se encontraba el país desde comienzos de la década de 1920.
Mohammad Zahir Shah
En un primer momento permaneció en una segunda fila de la vida política, mientras su familia llevaba las riendas del gobierno. Su tío Shah Mahmood Khan, desde su puesto de primer ministro, era quien realmente gobernaba el país. De esta forma se continuaba con la antigua tradición afgana de que el hermano del último rey recibía las labores de gobierno, a cambio de lo cual debía renunciar a sus aspiraciones al trono.
En septiembre de 1934 hizo ingresar a Afganistán en la Sociedad de Naciones. Dentro de su política de consolidación del país como potencia regional, en febrero de 1936 se adhirió al Tratado de No Agresión del que formaban parte Persia, Irak y Turquía. Un mes después llegaba a un acuerdo de no agresión con la Unión Soviética y consiguió que Afganistán permaneciese neutral durante la Segunda Guerra Mundial.
En 1953 el tío del rey renunció a su puesto al frente del gobierno que pasó entonces a ser controlado por los primos del rey. Su primo Sardar Daud, un militar de carrera, asumió el cargo de primer ministro. En 1959 adoptó una serie de medidas que tenían como objetivo conseguir la emancipación de la mujer. Como gesto simbólico ordenó a todos sus ministros que aparecieran en los actos públicos acompañados de sus respectivas esposas sin velo.
A comienzos de la década de 1960 surgieron conflictos con Paquistán sobre los límites fronterizos y sobre los derechos de las tribus pasthun a comerciar. El país entró en una crisis económica y política, lo que convenció al monarca de emprender un cambio en la política de su gabinete. La educación progresista y liberal recibida por el rey en Europa le convencieron de la necesidad de iniciar una serie de reformas en el reino encaminadas a la modernización del mismo. Con la ayuda técnica y económica de la Unión Soviética y Estados Unidos emprendió grandes proyectos de irrigación y de mejora de las infraestructuras por todo el país.
Gracias a la influencia soviética lanzó una serie de planes quinquenales. De esta forma supo aprovechar para el desarrollo económico y cultural del país las disputas de Estados Unidos y la Unión Soviética, que trataban de que Afganistán fuera su puerta de acceso hacia Asia. Pero sus reformas administrativas, económicas y políticas tuvieron poca influencia fuera de los alrededores de Kabul. Firmó un acuerdo en 1963 con el gobierno paquistaní por lo que quedaron fijadas de forma definitiva las fronteras internacionales entre Paquistán y Afganistán.
En 1964 estableció una monarquía constitucional, otorgó una Constitución de corte liberal, que sustituiría a la que estaba vigente desde 1931, y convocó elecciones libres. La Constitución fue ratificada por una asamblea Constituyente y entró en vigor al año siguiente. La nueva Carta Magna separaba el poder legislativo, judicial y ejecutivo, excluía a todos los familiares del rey del poder, permitía el establecimiento de partidos políticos y consagraba la libertad de prensa.
Zahir Shah apartó a todos sus parientes de los principales puestos de responsabilidad política y cesó a su primo Daud como primer ministro, con lo que rompió con una tradición milenaria en el gobierno afgano. Sin embargo el nuevo Parlamento fue incapaz de llevar con eficiencia el gobierno, debido en gran parte a la falta de experiencia política de sus miembros, por lo que el poder era ejercido en gran parte por el monarca, que gobernaba por medio de reales decretos.
La continua sequía y hambruna que sufrió el país a comienzos de la década de 1970 provocaron que su régimen comenzara a perder el apoyo popular. Paralelamente las tribus pasthun que habitaban en los territorios cercanos a la frontera de Paquistán, comenzaron a reclamar al soberano su autonomía. Al ser rechazadas sus peticiones las tribus empezaron a combatir al ejército afganoDesbordado por las circunstancias adversas Zahir Shah fue incapaz de solucionar los problemas políticos y económicos. Fue destronado el 17 de julio de 1973 por su primo, el general Sardar Daud, quién aprovechando un viaje que el monarca estaba realizando por Europa, abolió la monarquía y proclamó la República. Zahir se vio obligado a exiliarse en Roma, donde fijó su residencia. El rey abdicó formalmente el 24 de agosto de 1973.
Los comunistas que se hicieron con el poder tras un golpe de Estado en 1978, le privaron de la ciudadanía afgana, la cual le fue devuelta en 1991. Mientras en el interior de Afganistán se produjeron varios intentos de devolver el poder al monarca. Zahir se convirtió en un símbolo de unidad nacional de los grupos de resistencia mujaheddin. En 1989 un grupo de quince oficiales del Estado Mayor formaron la Sociedad de Salvación Nacional, y declararon encontrarse al servicio del rey y reclamaron su inmediato regreso al país. Sin embargo todas la facciones enfrentadas en la guerra civil que asolaba Afganistán se negaron a aceptar el regreso de Zahir Shah.
Era visto por muchos ciudadanos afganos como la única figura capaz de poner fin a la guerra civil y el estado de caos en el que se encontraba el país. Su residencia en Italia se convirtió en el punto de referencia de las principales figuras del exilio afgano. En agosto del 2001 reunió a los miembros del exilio afgano en Roma con el fin de conseguir la celebración de una Gran asamblea en Afganistán, la cual debía de iniciar un proceso que terminaría con una votación en la que la población afgana decidiera el futuro del país. Sin embargo su petición fue rechazada por el régimen de los talibán y los miembros del Frente Unido que resistían en las estribaciones de la cordillera del Pamir.
Los atentados terroristas del 11 de septiembre contra Estados Unidos desataron una nueva situación de crisis en el país por la negativa talibán de entregar a Occidente a Osama Bin Laden, disidente saudí refugiado en suelo afgano y señalado por el Gobierno de George Bush como responsable directo de los ataques. Ante las anunciadas represalias de Estados Unidos contra el régimen, el antiguo monarca y la fuerza de oposición talibán, la Alianza del Norte, acordaron el 1 de octubre en Roma la creación de un Consejo de Unidad Nacional con capacidad de integrar a todas las fuerzas del país y de encontrar una salida política y militar a la crisis. El Consejo debería convocar la Asamblea Nacional (Loya Jirga) encargada, a su vez, de elegir al jefe del Estado y al Gobierno provisional. El rey depuesto regresó a Afganistán en abril de 2002, después de 29 años de exilio
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